sábado, 12 de mayo de 2012


Mi versión de los hechos de lo sucedido en la Ibero.


Vaya suceso que se dio el viernes por la mañana en la Universidad Iberoamericana. Nadie, o quizá muy pocos lo esperaban. Ni el rector, ni Enrique y mucho menos la mayoría de los alumnos que íbamos con el interés de nutrirnos para ayudar a definir nuestro voto entre cuatro propuestas diferentes que por cierto, todas muy vagas a mi parecer. Nadie tenía idea de la magnitud de la manifestación que nos tocaría ser parte una vez terminada la ponencia.
Yo llegué tarde, una vez ya comenzada la conferencia. Lo confieso y lo digo desde ahorita, para que no haya prejuicios más tarde. Enrique Peña Nieto no me simpatiza ni tantito. Ni él, ni su Partido; así que honestamente iba con la esperanza de que tuviera un tropezón en su ponencia u ocurriera algo que alebrestara su campaña para mal. Pero bueno, tocaré ese tema mas adelante.
En fin, al llegar al lugar de la exposición, me tope con un mundo de gente, cientos de personas. Unas sentadas, otras paradas, otras incluso en balcones y segundos pisos escuchando las propuestas del candidato. Había de todo. Había quienes intentaban escuchar atentamente y callaban a los demás cuando había ruido. También quienes repartían las máscaras de Carlos Salinas y otros que daban información impresa sobre lo sucedido en Atenco. Algunos con pancartas hechas a mano ahí mismo, en caliente.
Se sentía un ambiente de mucha tensión, pocos eran a mi percepción los que en realidad apoyaban a Peña Nieto. Y tan pocos eran los que lo apoyaban y tantos inconformes, que dudo mucho aquella postura del PRI y de algunos medios sobre sí fuimos gente externa a la Ibero los que estuvimos ahí.
Sobre la ponencia, nada nuevo. El mismo discurso de siempre que le hemos escuchado al candidato en estos cuarenta y tantos días de campaña. Aludiendo a sus logros en el Estado de México, mencionándolos en cada respuesta que daba. Las preguntas, unas buenas, otras muy malas; pero la gran mayoría con mucha crítica.
A raíz de que se empezaba a acercar el fin de la exposición el ambiente fuera del auditorio se comenzó a poner todavía más intenso. El furor de algunos se contagió a otros, como me pasó a mi; y poco a poco alumno por alumno, nos fuimos sumando a este llamado que hacíamos como estudiantes de la Universidad. Para cuando acabó la conferencia las voces de no menos del 90% de los presentes fuera del auditorio se unía en un canto de inconformidad, de querer evitar el regreso de un gobierno que como dice Peña sobre otras administraciones “No tuvo resultados satisfactorios”.
Al momento, todo se limitaba a palabras. “¡Asesino!”-gritaban unos. “Se ve, se siente, Enrique delincuente”-gritaban otros. “La ibero no te quiere” era el más aclamado. “¡Cobarde!”-le llamamos al darnos cuenta de que no saldría por la puerta principal. Y así se mantuvo la cosa durante todo el tiempo que le tomo al candidato huir por la explanada principal desplazándose hacia la estación de radio. Lo que pasó ahí yo ya no se, no lo viví, no lo cuento.
Posterior a su intento fallido de entrar a la estación, se pasó a retirar del campus, y al darnos cuenta los alumnos de su salida, lo fuimos a despedir con las mismas declaraciones que hicimos a su salida del auditorio. Levantó su pulgar, sonrío y subió a la camioneta.
¿Qué opino al respecto de todo esto? Me parece que es completamente aceptable el hecho de que como jóvenes y alumnos queramos dar a conocer nuestras posturas y creo que no hay mejor lugar que una universidad para hacerlo. Repruebo la falta de respeto, sí, pero hay veces que se tiene que ser tajante para llegar a un fin. No creo que se hubiera hablado tanto en la prensa del “Viernes Negro” de Peña Nieto si nos hubiéramos limitado a decirle lo que le dijimos de forma bonita. Hay veces en que la inconformidad es tanta que no queda otra cosa que sacarla toda de un jalón.
Pero más allá de la manera de haberlo hecho, prefiero enfocarme en el hecho de haberlo hecho. Me da mucho orgullo saber que cada ves somos más los jóvenes que nos preocupamos por el futuro del país, que reflexionamos acerca de lo que queremos ver en el México de los próximos años. Y más aun, me da gusto saber que somos una generación que no se va a quedar callada, que ante la adversidad pediremos respuesta y justicia; y les haremos saber a los políticos que trabajan para nosotros y no para ellos, que sin nuestro voto no son nadie.
A Pedro Joaquín, no seas hipócrita. Cuenta lo que viste y no repartas culpas. Tuvieron un mal día y punto. A los medios, den la información tal y como es. La noticia se vale por los hechos, no por la imaginación del reportero. A Peña, respeto su actitud. No debe ser nada fácil que un millar de jóvenes atenten contra usted, pero ojala puedas reflexionar sobre los hechos. A la Ibero, gracias. Gracias por ser un espacio de libre expresión y por defendernos ante lo sucedido. Gracias también, por propiciar estos espacios de intercambio de ideas.
En fin, mucho se hablará de esto. Que si fue algo planeado, que no dudo que algunos se hayan puesto de acuerdo para imprimir las máscaras y repartir información. Que si los del PRI ofrecían 250 pesos por levantar los carteles de Ectivismo y no realizar preguntas. No lo viví, no lo cuento. Pero de lo que si estoy seguro es de dos cosas. Primera, fuimos alumnos y solo alumnos de la Ibero quiénes estuvimos presentes causantes de dicha manifestación. Y segundo, nadie me compró o convenció para que hiciera lo que hice. Lo hice por el contagio a levantar mi voz y más importante por convicción propia.
Felicito lo hechos, repruebo la forma, aplaudo la meta. La democracia es un debate de opiniones. No escribo más.